lunes, 7 de diciembre de 2009

"Siempre tarde...y con prisa"




"Siempre tarde...y con prisa"



Por Mónica Belén Jiménez Núñez
Foto: Vojtech Vlk De Czech



Suena el despertador, una mano agitada lo busca, el despertador cae al piso. En la cama se mueven las cobijas, en el piso cae un pie y después otro. Las cobijas caen. Él ve el reloj. Piensa que hace frio, que tiene hambre y… es tarde.


Se baña, desayuna, se viste. Sale corriendo. Frio, ruido, mucho ruido. El camión, mucha gente, montones de personas, mochilas, bolsas, gordas, todo estorba. Más ruido, mucho ruido. Baja del camión. Corre, corre y sigue corriendo. Otro camión. Más gente. -Quítense tengo prisa, tengo prisa- piensa


Más señoras gordas, más mochilas, contaminación visual, contaminación auditiva.-tengo prisa, voy tarde-


Trabajo. Checar correos, responderlos, archivar, llevar libros, ordenar libros, llevar documentos, hablar con personas interesadas en los documentos.


Computadora, fax, teléfono. El café, odio el café, no sé porque lo tomo, quizá porque todos los demás lo hacen y si no lo tomo no sentiré que trabajo, que formo parte de algo. Tengo prisa, voy tarde. Muy tarde. Tengo prisa


Regreso, el jefe. Discusión, discuto con el jefe. El jefe es un idiota, un idiota que tiene más dinero que yo, que ha visitado más lugares que yo. Que puede mandar a alguien más idiota, como yo.


Sofí, la mujer más cotizada, o puta de todas las oficinas. Se detiene mueve su cabello saca de su bolso un labial, lo coloca en sus labios, los mueve los moja me mira, siempre busca miradas, busca significar algo. Se sienta cruza las piernas, le puedo ver gran parte de sus muslos. Y todo ese circo me parece ridículo, no me interesa ese triangulo que se esconde entre sus piernas. Es otra mujer y ya. Yo tengo mucha prisa, mucho trabajo. No tengo tiempo.


Tic- tac tic-tac tic-tac, y sigue y sigue, pero no se detiene, por eso debo seguir. Necesito salir, tengo prisa, se me hace tarde.


Es noche, muy noche, tarde siempre, tarde. El camino lleno de nuevo, olores asquerosos, gente ¡por qué no comprenden que tengo prisa!


Baja del autobús mucho antes de donde debía bajar, decide caminar, un perro muerto en medio de la calle a nadie parece importarle, una flor intenta sobrevivir entre papeles y cemento, y a nadie parece importarle, un hombre golpea a un niño, a nadie parece importarle. A él le duele la indiferencia, le duele la frustración. Camina y camina, sabe que es tarde, que aun tiene prisa.
¡Tengo prisa, voy tarde muy tarde!


Se detiene frente a un edificio con cuatro pisos, abre la puerta, puede escuchar el ruido del primer departamento, una niña que llora, una madre que le grita ¡PUTA!, el silencio y la ausencia de un padre. Sube uno, dos tres, cuatro cinco, seis siete escalones, da vuelta, sube uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete escalones y vuelta. Sube uno, dos tres, cuatro, cinco seis, siete. Vuelta. Se detiene frente una puerta, busca y busca, saca una llave, abre, entra.


Esquiva un pequeño sillón, una pequeña mesa, abre una puerta, en la cama se mueven las cobijas, brota una cara con una sonrisa que le dice:


- llegas tardes-


Ahí ya no hay ruido, no hay trabajo ni café, sólo ella.
Siempre es ella, corre siempre a ella.





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